Los expertos aseguran que freír con aceite de oliva reduce considerablemente los tiempos de cocción, remplaza mayor cantidad de grasas saturadas (no recomendables para la salud) por grasas monoinsaturadas (altamente recomendables para el organismo), en los alimentos. A la vez que supone un importante ahorro, ya que el aceite de oliva, aunque es más caro que otros aceites vegetales, se puede reutilizar muchas más veces que el resto de grasas. Y lo que es más importante: Destruye menos las vitaminas de los alimentos.
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