Como ingrediente culinario, el aceite de oliva virgen extra es uno de los más versátiles. Sus ácidos grasos actúan como transmisores del sabor y si te apetece experimentar en la cocina, probar versiones infusionadas y maceradas de tus aceites favoritos siempre es una buena idea.
Diferencias entre infusión y maceración
La infusión con aceite de oliva virgen extra es un proceso análogo a las infusiones con agua: calentar el aceite y dejar que los ingredientes que complementarán su sabor se lo transmitan. Aunque la infusión es un poco más complicada, pues es importante no subir la temperatura del acente más allá de 50º para no terminar haciendo un refrito, esta técnica resulta mucho más rápida que la maceración en la que los sabores pueden tardar unas tres semanas a transmitirse al aceite de oliva. La infusión funciona mejor para recetas improvisadas y con pequeñas cantidades y la maceración es más adecuada para tener una cierta cantidad de nuestro aceite de cabecera ya preparado con hierbas y especias. En ambos casos, transcurrido cierto tiempo es recomendable retirar los ingredientes del aceite para que no empiecen un proceso natural de oxidación que desluciría el aroma conseguido.
Aceites de oliva virgen extra aromatizados
Los aceites de oliva virgen extra aromatizados pueden ser una nueva dimensión para tu cocina porque te permiten combinar sabores de forma más harmoniosa y porque pueden llevar platos muy sencillos a otro nivel. Una pizza margarita con aceite de macerado con orégano o un gazpacho con un chorrito de aceite de oliva virgen extra infusionado con albahaca son platos completamente distintos.
Algunas ideas para aromatizar tu aceite de oliva virgen extra
- Aceite de oliva virgen extra con orégano macerado:ideal para cocina italiana (pasta y pizza). Con dos o tres cucharadas de orégano por cada cuarto de litro de aceite y mezclado en un recipiente hermético de cristal durante unas tres semanas. Una hoja de laurel también puede ayudar.
- Aceite de oliva con piel de limón: maceraremos una variedad de poca acidez con la cáscara de medio limón durante unas tres semanas. Funciona divinamente con ensaladas y mariscos y pescados a la plancha.
- Aceite de oliva virgen extra infusionado con albahaca: para conquistar los platos de pasta, podemos infusionar cinco o seis hojas de albahaca fresca en una pequeña cantidad de aceite. Lograremos un sabor parecido a la salsa pesto pero mucho más suave. Podemos potenciarlo usando varietales más ácidas o añadiendo un diente de ajo troceado antes de cerrar la mezcla herméticamente.
Aceites macerados que nunca fallan
No olvides probar los aceites macerados con ajo, trufa, guindillas, comino, nuez moscada o romero para multiplicar el sabor de tus platos y descubrir nuevas posibilidades de maridaje con tu aceite de oliva virgen extra. Y por supuesto, experimenta por tu cuenta con hierbas frescas o frutas para dar con combinaciones tan sorprendentes como únicas. Y si has dado con una mezcla, ¡no dudes en compartirla con nosotros!
Dos recomendaciones para terminar
Para dejarte un buen sabor, queremos terminar este artículo con más recomendaciones sobre aceites aromatizados. La primera es este artículo de El Comidista, donde puedes leer algunas recetas, muchas de ellas realmente originales. Y la segunda es una referencia de nuestra tienda que lleva la maceración más allá: un aceite de arbequina infusionado al humo de roble de Castillo de Canena. ¡Imprescindible!