Cuando hablamos del Aceite de Oliva y muy especialmente de su variedad reina, el Virgen Extra, tarde o temprano aparece la gran pregunta: ¿Cómo saber que no me están dando gato por liebre?, ¿Cómo distinguir el Aceite de Oliva Virgen Extra de otras variedades de Aceite de Oliva o incluso de otras grasas que no son producto del fruto del olivo?
En próximas entradas de nuestro blog iremos progresivamente dando claves para esta distinción que solo es posible mediante la experiencia que proporciona una detenida cata, la cual nos permitirá detectar el fraude con facilidad. Pero hoy comenzaremos por algunas pistas rápidas, pequeños trucos que nos permitirán determinar la calidad del aceite que estamos consumiendo y evitar el fraude.
Procedemos a la cata
Para ello utilizaremos preferentemente un vaso pequeño en el que verteremos un poco de aceite. Tomaremos el vaso en una mano y con la otra cubriremos la abertura del mismo para que de esta forma los aromas no se escapen.
Calentaremos el aceite entre nuestras manos mientras movemos el vaso, sin agitar, con movimientos circulares. Luego destaparemos el vaso y lo acercaremos a la nariz realizando profundas inspiraciones.
Aunque los aromas que percibiremos pueden ser muy variados, como norma general si tiene un olor fresco que recuerda a hierba o frutas, muy posiblemente estemos ante un auténtico Aceite de Oliva Virgen Extra. Por el contrario, si el olor que percibimos es rancio, seguramente no lo será.
A continuación, vuelva a mover el vaso, beba un poco sin tragarlo y, con los dientes apretados y los labios abiertos, mueva el aceite en el interior de la boca y tráguelo. Si se trata de Aceite de Oliva Virgen Extra, apreciará sabores afrutados, a hierba o almendras y, dependiendo de la variedad, el sabor será picante o amargo, lo que notará en la parte posterior de la garganta al tragarlo.
Son normas muy simples pero le permitirán iniciarse en el sabor del auténtico AOVE y, poco a poco, irá percibiendo la infinidad de matices que ofrece el Aceite de Oliva Virgen Extra, distinguiendo entre sus múltiples variedades aquella, o aquellas, que más se adapten a su gusto y al uso que les quiera dar en su cocina.