El estudio realizado evalúa la eficacia de la dieta mediterránea, en la prevención primaria de enfermedades cardiovasculares. Las conclusiones de la investigación esclarecen los efectos positivos de esta dieta, suplementada con aceite de oliva y frutos secos, que reduce un 30% el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares como el infarto de miocardio o el ictus cerebral, en comparación con una dieta baja en grasa.
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